miércoles, 15 de abril de 2015

Trastero



Un mueble alto en el comedor.
Detrás de los cristales, objetos que nunca usamos:
copas, platos decorados, jarrones,
le llamábamos trastero
y era el orgullo de la casa.

Hay mujeres que son como esas vitrinas:
lo hermoso se muestra en ellas.
Además caminan y hablan en perfecto equilibrio.
Son monstruos que controlan el mundo.
Magnánimas ante el hombre
que es de una brutal imperfección
pero al que aman, irremediablemente.
Sensibles, lloran en silencio o a gritos.

Son sabias, las mujeres vitrina.
El hombre intenta abarcar su belleza con las manos
pero sólo logra manchar sus ventanas.
Después de unos meses,
la madera de la que están hechas se raja,
se abre con dolor el árbol que un día fue
para arrojar al mundo a otros hombres
que serán cautivos
y construirán para ellas grandes casas.
Creerán haber inventado la política, la guerra, la filosofía
recorriendo el mar en busca de especias
levantando inútiles puentes.






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