miércoles, 29 de abril de 2015

Tragamonedas


A La Mattrie

El hombre máquina, sí
pero sencilla. Como un molino de maíz
o una tragamonedas
automatizada para mentir, para doler, para estafar.

Volviendo siempre a los mismos objetivos:
los deberes, las promesas,
el accionar mecánico de las sonrisas,
la mano que pega, el reflejo de bostezar,
lágrimas que lubrican el parpadeo.

Marchan por millones todos los días
saliendo de las fábricas
mostrando una calcomanía en la caja de metal.

Pero de vez en cuando, también
como esas chicleras de la infancia
al echarles el dinero en la rendija
se tragan sin pudor una moneda
y ni chicle dan.







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