jueves, 25 de septiembre de 2014




Lentis



“La vida es fascinante: sólo hay que mirarla
a través de las gafas correctas”
Alejandro Dumas




A mis lentes se les desprendió el anti-reflejante

ahora sólo están sucios.

Sin ellos veo un mundo hecho borrones

de luces más que de formas. 


Los lentes que perdí en una pelea

cayeron sobre el zacate de un jardín público,

yacían como el insecto

que de una sola pata se sostiene;

con el armazón vacío, los cristales rotos,

al amanecer de un día cuando no se sabe  

si será luminoso o de nubes negro.


Me pusieron anteojos a los quince años

eran de metal y vidrios gruesos.

Pasé de ser un tonto 

a un muchacho inteligente 

sin deber probarlo.

Yo era mis lentes,

como si fuera una manía el tenerlos.


Con ellos admiré el cultivo sembrado, 

las luces de la ciudad,

el campo indomable  

y la mirada más transparente

en la que pude verme reflejado,

vi el cuerpo desnudo que más amé.


Entiendo que no son algo pasajero 

las gafas van dobles en la vejez.

¿Quién las meterá conmigo en el ataúd?

Como los adminículos de un emperador

para que yo vea, lo que haya que ver.



Hugo Sánchez G.